Teología e Historia, Volumen 6, Año 2010, pp. __-__ ISSN 1667-3735
Introducción
Como leemos Wesley? Estamos aún atrapados por la lectura que va del autor al texto? La teología de Wesley se puede leer con referencia a la sostenida influencia de los padres griegos o latínos, del puritanismo, del empirismo, de los místicos, del pietismo, etc. Sin embargo, en la medida que tratamos de entender sus motivaciones centrales, llegamos al eje existencial de la cuestión del cómo la salvación. La hermenéutica contemporánea, especialmente la de Paul Ricoeur, propone una mayor autonomía del texto en relación a su autor. Ya no podemos mantener el ideal de entender al autor mejor que el se comprendió a si mismo. No dependemos de un retrato del autor para entender el texto. Vamos al texto y sus posibilidades de sentido en la vida. El autor pasa a según plan. El mundo y el horizonte del texto significan para nuestro mundo y nuestros horizontes que se entrelazan en una fusión de horizontes.
Para el entendimiento del tema de la gracia en los textos wesleyanos nos proponemos una lectura que sostiene una tensión entre vida y texto.
Con eso non pretendemos contestar la lectura de esa teología a partir de su soteriología en y por la gracia, pero simplemente mostrar que la fuerza del texto hace otras lecturas necesarias. Con eso esperamos también poner fin a la idea de una lectura única, dominante, dogmática, imperiosa. No nos preocupamos con “la” teología de Juan Wesley, pero sí con las posibilidades de interpretaciones que sus textos nos brindan.
La importancia de la teología de la gracia es ineludible. El texto, abre innumeras maneras de considerar la gracia. En general se parte de una sistematización entorno al ordo salutis. La visión del ordo salutis Wesley la heredó de muchos otros textos en sus años de estudios teológicos en Oxford. Una bien larga tradición protestante y católica trata de la gracia como centro del ordo salutis y el ordo salutis como centro del ordo revelationis. Es una consecuencia del principio de la lógica medieval de la ordo ordinans y la ordo ordinata ó ordo naturalis (ó aun creationis). Estas expresiones son utilizadas en la Edad Media y tuvieron significados modificados en la tradición protestante. Desde Zwinglio y Bucer hasta Richard Hooker (y la teología anglicana) fué una teología que tuvo libre aceptación. Muy probablemente Wesley la aprendió de Richard Hooker, la retuvo y la resumió en sus tres formas ya conocidas.
Esperamos tratar de la gracia no por un sistema entorno al ordo salutis, sino por las entrelíneas del texto adonde palpita la vida.
I. Lectura de la teología da la gracia
Talvez no sea demasiado para algunos pensar que Wesley tiene como punto de partida de su teología la vida. Runyon. Maddox, Klaiber/Marquadt, todos parecen unánimes en afirmar la prioridad de la gracia.
Los textos de Wesley dan, sin duda un valor excepcional a la gracia. También estamos de acuerdo que la teología da la gracia sirvió para estructurar su teología en tres formas de la gracia de Dios, la gracia preveniente, la gracia justificadora y la gracia santificadora. En la conocida representación de la gracia como una casa, son esas tres formas de gracia que están representadas: la gracia preveniente es el alpendre o el pórtico, la gracia justificadora es el pasaje ó puerta de entrada para el interior de la casa, y la gracia santificadora es el interior de la casa.
Entretanto, como un ejercicio de lectura pongamos esas lecturas previas entre parêntesis. Podemos partir del principio de que toda estructuración de la teología wesleyana es un ensayo de llegar a una estructura de fondo pero que el texto mismo no la presenta en la superficie. Así es el famoso cuadrilátero wesleyano propuesta por el Dr. Outler y susceptible de tener otras interpretaciones.[1] La teología de Wesley supone, por la manera como escribe, que hay una estructuración teológica, que tiene líneas que dirigen el discurso. Pero la determinación de dicha estructura no es tan simple. Hay distintas maneras de concebirla. Y se la gracia es fundamental habrá que mostrar como la gracia se revela desde las fuentes que forman el cuadrilátero ó a partir de la vida, adonde pienso yo, adquirió su forma típica wesleyana.
II. La vida y la vida activa en Wesley
Cual es el lugar de la experiencia en un cristianismo que Wesley describe como práctico? Wesley declara que lo distintivo de los metodistas son la experiencia y la santificación.
Wesley fluctuó entre una vida contemplativa y una vida activa, como el mismo narra en sus Journals. Por todo de su vida que el mismo narra queda claro que la espiritualidad de la vida activa caracterizó su existencia. Aquí los biógrafos y sus contemporáneos nos transmiten un evento que me parece ilustrar el horizonte que pasa a sus escritos. Él y su hermano fueron amenazados por la influencia de una mística interiorista, contemplativa e individualista. En medio a profunda crisis buscó un consejero. Después de haber sido aconsejado por tal consejero, denominado un “hombre serio”, se volcó a “una religión social”, “la única religión que conoce la Biblia”[2], esto es “una religión social”. Se dio cuenta de que la fe debe ser “una comprensión de la práctica” que se desarrolla entre personas y la teología debe ser entendida como una forma de “cristianismo práctico”. La espiritualidad de Wesley es esencialmente “moderna” y “vida” es una vida activa. La inquietud existencial de Wesley no podría ser cumplida por la vida académica, o la vida contemplativa. La fe debe convertirse en un importante esfuerzo, incluso si su origen es totalmente gratuito. La cuestión de Wesley no era una de un intelectual descontento. Se plantea la cuestión y se refiere a la práctica, la vida práctica, la vida que necesita ser vivida. Este fue un interés que va en contra de la tendencia intelectual existente en la universidad. Su tiempo estuvo dominado por el racionalismo y el empirismo, donde todo debe ser sometido a la razón como el poder que determina la vida. Teológicamente reinó la Ilustración, que trata de integrar la ciencia con la teología de la época, la metafísica tuvo rienda suelta en la academia con el teísmo. La cuestión práctica que tenia ante si era “como servir a Dios?” y “cual es el camino de la salvación?”. Y en la cuales agregó “como vivir una vida santa?”. El mismo llamó al cristianismo que buscaba de cristianismo vital ó cristianismo vital práctico, ‘p simplemente cristianismo prático.
Aquí tenemos necesidad de aclarar el punto. Toda su teología gira en torno a esta cuestión. La cuestión fundamental de cómo salvar su vida y cómo vivir una vida santificada, le llevó a una firme decisión de hacer un examen completo de la Biblia y de su vida como eje normativo de cualquiera posible respuesta.
El esfuerzo por comprender la teología de Wesley empieza con la vida y no con un cuadro de conceptos ó mismo de influencias teóricas. Muchos estudios sobre Wesley parecen prestar más atención a las influencias externas que la motivación central que el mismo manifiesta. Wesley no puede ser plenamente comprendido sólo a la luz de influencias recibidas. No podemos dejarnos levar por el historicismo. La importancia que se da a una influencia puede determinar un perfil de Wesley que se construye. Muchos Wesleys son construcciones de fuera para dentro. De hecho, los textos mismos muestran la búsqueda de un camino de salvación de su alma, un epicentro existencial muy potente para la comprensión de los acontecimientos posteriores. La vida es el punto de partida y punto final de la teología Wesleyana. el horizonte amplio para la interpretación de la articulación de su método teológico experimental. Alrededor de su preocupación soteriológica se hace el camino de la salvación y las otras partes deben asumir la forma del caminar. Su teología de la gracia es un recorte como una ropa para vestir, como el alfayate hace, y que toma forma en el maniquí de la vida real y en la práctica. Las formas de la gracia que selecciona Wesley muestran claramente eso. Nuestra vida es nuestro suelo, nuestro verdadero motivo de una fe y una teología solo tiene relevancia se interpela ó responde a cuestiones de la vida y de la experiencia. El desasosiego en la vida de Wesley no tiene reposo hasta que encuentre un camino de transformación por la gracia. Su corazón es un cor inquietum, al igual que Agustín. El modo de vida cristiana, presentada por la Iglesia Anglicana en su tiempo, o de los grupos de las iglesias independientes, ó los de la reforma Luterana y calvinistas, y mismo la teología formal de la gracia, no le satisface. Wesley revela su pensamiento como praxis de la salvación.
El mundo académico de teología en el siglo XVIII mostró signos claros de un nuevo espíritu burgués nacido en el horno de la Ilustración y el progreso industrial. Aquí, la experiencia religiosa comenzó a tomar los primeros pasos hacia su privatización. Si el siglo XVII fue el siglo de la Biblia “(como se describe por Christopher Hill, el gran historiador de origen Inglés y Metodista) la Inglaterra del siglo XVIII fue el siglo que inició la idea de religión como una cuestión de economía privada. Wesley se encontró en la encrucijada de rutas entre las dos tendencias, una que se veía a la religión como un asunto de conciencia íntima y de otra tradición que una forma en que la religión como un asunto público. La reunión de estas dos tendencias, y en consonancia con su motivación fundamental, desarrolló una visión de fortalecimiento de la dimensión personal de la fe, pero con la preservación de su dimensión pública como uno de sus aspectos claves. El Evangelio es, simultáneamente y de forma consistente, expreso por el como un evangelio personal y público.
Nuestro enfoque parte de la pre-comprensión existencial en la visión Wesleyana y toma como secundario las influencias que recibió. Sin embargo, no podemos sacarlo de su tiempo. Wesley no era inmune a la luz ambiente. Filosóficamente, lo ven como un empirista, por su teoría del conocimiento sobre la base de los sentidos físicos (nuestras ventanas al mundo exterior). Fue influenciado, como es ampliamente reconocido por Locke, en su teoría de la ciencia y el espíritu de la tolerancia. Dio gran énfasis en la subjetividad personal ( “la religión del corazón”), pero no ha dejado de contrarrestar con el aspecto social, la vida externa, las acciones en la vida práctica de la vida cristiana. Este regreso a la vida y la subjetividad, me parece un paso fundamental. Wesley esta lejos del subjetivismo y de la privatización de la experiencia religiosa, y mismo del espíritu de fe burguesa. Sin embargo, cultiva lo que podríamos llamar una “Ilustración Bíblica” (pretende que la Biblia contiene una filosofía cristiana y sus principios son suficientes para arrojar luz sobre situaciones de la vida cotidiana y los aspectos prácticos de la vida). La Biblia es fundamento y centro para la vida de Wesley. Wesley piensa y vive con el texto bíblico, crea un tejido de la palabra de Dios con las contingencias de la praxis vital.
La vida era para él una relación con el mundo que refleja nuestra relación con Dios. La vida es un tejido de creencias, opiniones, sentimientos, hábitos, acciones, actitudes, relaciones, que nos aproximan o nos distancian de Dios. “Nos encontramos en cada momento, escribe, y a cada hora agradando o desagradando, obedeciendo o desobedeciendo a Dios con nuestras acciones.”[3] Esta es una visión agustiniana. Por supuesto, esto es un estímulo para la verificación de la fe por retorno al mundo de nuestras experiencias (mundo vivido). El camino cristiano y bíblico de la salvación como un dinámico centro formador de su teología permite una utilización selectiva de las fuentes de la teología, así como las influencias relativamente importantes y necesarias para sostener una mejor interpretación. Podemos buscar la coherencia entre la motivación declarada y la influencia del contexto vital. Nuestra lectura sugiere que esta es una mejor forma de entender el cristianismo práctico de Wesley, su teología práctica, el lugar de la experiencia y de la gracia. Wesley hizo la teología de la vida, una teología de caminar, de caminar con la gente. Como peregrino literal, vive con la gente, no en el balcón de un edificio (usando la metáfora de John McKay). Coherencia y profundidad teológica no implica la fuga de la vida práctica (algunos desinformados insisten que Wesely fue un evangelista no un teólogo). La teología de Wesley se modificó progresivamente delante de las situaciones difíciles de la vida, especialmente por su encuentro con los pobres.
III. Ampliación del sentido de la experiencia en Juan Wesley
La experiencia puede ser entendida en el pensamiento de Wesley como correlación de los motivos de la salvación con una práctica de vida. Podemos hablar de una verdadera práctica de la salvación. Wesley dice “work out” la salvación. Entiende el cristianismo experimental, como siendo “en esencia, la unión de los conocimientos bíblicos y racionales con la concordancia con esta impactante verdad (de la experiencia y de la santidad).” Introdujo la práctica de la santidad como un elemento fundamental para la teología de la salvación. El interés práctico fue lamentablemente mal entendido como incongruencia teológica.
El cuadrilátero Wesleyano parece un paso adelante con respecto a la fuente de autoridad teológica trilateral desarrollado bajo el anglicanismo (Cf. Ecclesiastical Laws de Richard Hooker, del siglo XVI), adonde la contribución de Wesley incorpora la experiencia como fuente de contenidos para la teología, en correlación con las otras fuentes. Sin embargo, la experiencia puede tener múltiples significados. Un aspecto importante es, sin duda, la dimensión personal. Lo personal en Wesley es simultáneamente comunitario y social. Pero Wesley utilizó de modo limitado los recursos de la experiencia. Para mantenerla relevante para nosotros hoy tenemos que ampliar el ámbito de la experiencia personal y pública y que así se hace pertinente en el día de hoy. Podemos ponerla muy cerca de la idea contemporánea de “mundo vivido” (o mundo de nuestra experiencia cotidiana, o el mundo de la vida como se puede traducir la Lebenswelt[4], un concepto ampliamente utilizado por el método fenomenológico, y adaptado a diferentes usos en la ciencia) como suelo real de nuestros pensamientos y acciones; el pensamiento de Wesley no se desarrolló como un sistema abstracto. El mundo vivido es el motivo de nuestra experiencia original de la condición pre-reflexiva y de adonde parte nuestro pensamiento. La experiencia y el mundo se han convertido en el eslabón esencial para la vida activa y, por tanto, una fuente indispensable para una teología de la praxis cristiana. En nuestra experiencia, en concreto, nos mantiene arraigados en el mundo como el mundo que tiene sentido para nosotros. También en teología tenemos que ser fieles a la tierra. La experiencia ampliada es nuestra primera fuente de significar el mundo. Así pues, la experiencia es fundamental para la relación del mundo vivido con el pensamiento.
La principal innovación de Wesley en el triángulo de las fuentes de anglicanismo es la comprensión teológica de la experiencia como una fuente. Esta innovación quiere decir que la Biblia establece la norma y el horizonte, aunque la vida sea el suelo de cultivo de la práctica, y del pensamiento in via. Sin este terreno vital nos desgarramos en nuestras abstracciones ideológicas, creamos mundos sin raíces. La experiencia debe incluir todas las dimensiones de la experiencia, significados para nuestra vida personal y social. Wesley pone la experiencia como una fuente de constante interacción con otras fuentes de la teología, sobre todo con la norma normans (Biblia). El eje e sostén de la teología Wesleynaa está marcada por el horizonte de la experiencia para todas las personas, especialmente de los pobres. Experiencia que no se pierde en el subjetivismo y el individualismo moderno. La proximidad de la vida y la Biblia hace de la teología un una reflexión narrativa-práctica con la intención de servir a su vida. La teología Wesleyana es soteriológica y social desde el principio, y la experiencia de vida fornece el armazón o el maniquí para ello.
“Una teología práctica y contextual”, inspirada por Wesley, en Brasil recibió una contribución inesperada, no académica: los pobres que viven en las afueras de Río de Janeiro. El cuadrilátero Wesleyano necesitó un cambio significativo por la experiencia de vida de la gente. Una comunidad Metodista, al estudiar los textos de Wesley en la Colactánea de la Teología de John Wesley, de Burtner y Chiles, sugirió un nuevo y coherente cuadrilátero Wesleyan en acuerdo con los proprios textos y horizonte de trabajo de Wesley: la Bibliadebe moverse al centro del cuadrilátero (un ángulo y luego se vacía, y la “creación” debe llenar el vacío. De un golpe la creación ha sido reconocida como una fuente importante y distintivo de la teología en el pensamiento Wesleyano. Con este cambio, reafirmó la centralidad de la Biblia en el pensamiento de Wesley. Además de los cambios que ofrece un examen que proporciona un lugar para las cosas de la naturaleza y la importancia que dio Wesley nuestra experiencia natural.
El cuadrilátero puede ser representado de la siguiente manera:
III. Aclaraciones sobre el “cristianismo práctico”
Creo que es suficiente para aclarar el abordaje que hacemos la comparación con algunas interpretaciones clásicas sobre el cristianismo práctico de John Wesley.
Outler le describió como “un teólogo popular”. No hay necesidad de hacer referencia a los malentendidos que ha generado esa expresión.[5]
Frank Baker, escribió en contra un interesante artículo, “Practical Divinity” – John Wesley`s Doctrinal Agenda for Methodism” (1987) [6] ( “Teología práctica – la agenda de la teología de Wesley para el metodismo”), adonde interpreta “teología práctica” de la siguiente manera: “La teología es siempre colorida por la experiencia humana, y por lo general dividido por una meditación y reflexión pegado a ella. El tipo específico de la teología de Wesley es consciente y inextricablemente entrelazado con la experiencia humana. La teología práctica es una forma de la teología que trata especialmente de las interacciones del creador conde las criaturas hechas a su imagen.” Después de examinar una serie de ejemplos añade: “Esta es entonces la agenda doctrinal de los metodistas, el estudio del pecado, de arrepentimiento, de la fe, las obras, por supuesto, la justificación, la santificación, y sus vínculos con la vida cristiana. Esta es la teología del cristianismo práctico.” La salvación debe se experimencial , y así debe ser la santificación. Wesley puso él mismo en la gran tradición de la religión del corazón, en su vida y se hace eco de la tradición patrística de la iglesia ( “Dios hizo la teología práctica necesaria, el diablo hizo la teología apologética imperiosa”).
Randy Maddox respondió, por su vez, a Baker con el artículo intitulado “John Wesley: Practical Theologian ” (John Wesley: Teólogo práctica) (1988) [7] A Maddox, la respuesta de Baker a Outler sigue siendo insuficiente. Analiza el los conceptos de la teología práctica en el siglo XVIII, y enumera las siguientes alternativas: 1. “La teología per se como una práctica” 2. “Teología práctica como teología devocional-espiritual” 3. “Teología práctica como teología no técnica” 4. “Teología práctica como teología moral” 5. “Teología práctica como Glaubenslehre (cuerpo de enseñanza doctrinaria de la fe).” Maddox critica con razón cualquier intento de comprender el “cristianismo práctico” como Teología Pastoral. Y pregunta: ¿cuáles son hoy las características deseables de una teología práctica en su conjunto? Maddox responde: sería transformadora, holística, tendría que reconocer la prioridad de la praxis en el método teológico, por consiguiente, tendría que ser contextual y, por último, no sería programática de un sistema abstracto, sino que debe examinar las demandas de la situación histórica.
“Después de haber sugerido las formas inadecuadas de caracterizaciones de la teología practica de Wesley, escribe Maddox, llegamos a nuestra tesis: Cuando su obra es considerada como un todo, la actividad teológica de Wesley es análoga al de la iglesia primitiva como una teología con el rostro y el esfuerzo dirigido a la práctica.” El argumento se basa en el análisis de estilos y géneros literarios de la producción Teológica de Wesley. La teología práctica no encaja en cualquier tipo de teología práctica conocida de su tiempo. Hoy diríamos que la teología de Wesley correlaciona el mundo vivido y concreto con las fuentes de la teología ya referidas.
Otra contribución provino del profesor Robert Cushman en su libro sobre John Wesley`s Experimental Divinity (1989)[8], donde “teología experimental” se da como sinónimo de “el camino bíblico de salvación”. El argumento de Cushman se basa en el principio de que la motivación fundamental de Wesley es la salvación. Esta motivación implica una profunda conciencia del pecado. La teología expone la rota o el itinerario del camino de la salvación según las Escrituras que el peregrino debe seguir. Pero el camino es visible si las referencias concretas de la vida son también tomadas en cuenta, o sea el cruce de la Palabra y en la práctica. Aquí el proverbio de Antonio Machado, es pertinente: “se hace el camino al caminar.” Wesley parece decir en sus Sermones que la fe no es verdadera fe en las doctrinas religiosas, pero es auténtica o no, si es concretamente fe vivida. “La fe verdadera, dice Cushmann, es aquella en la que caminamos, en la que vivimos, donde producimos el fruto abundante de amor, las obras, con certeza, y una nueva vida.” Cushman resume su interpretación de la siguiente manera: “El núcleo del pensamiento Wesleyno sobre la ‘teología la práctica y experimental’, es la comprensión del ‘camino bíblico de la salvación’, como condición. Por un lado es la justificación o el perdón de los pecados por la gracia mediante la fe y, por otro lado, el ‘nuevo nacimiento’ que trae consigo la obligación ineludible, a saber, la vocación de la vida cristiana, la perfección y la santidad tanto interna cuanto externa. Juntos, estos puntos son “la condición ordinaria de la salvación”. Sin embargo, la enseñanza de Wesley está marcada por lo que Dios hace antes por el ser humano a través de la gracia preveniente. Wesley nos está diciendo: no vamos a ser salvos sin nosotros, como Agustín ya decía . Esta es la constelación de eventos que, en la visión de Wesley, comprende las situaciones concretas de la vida y el vivir como un cristiano de religión experimental “.
Es interesante observar que Cushman subraya el carácter condicional de la gracia y de la idea de perfección cristiana, ambos plenamente comprensibles sólo en el contexto de una vida activa. Además, la idea de la gracia no es un concepto esotérico o sobrenatural de transfusión. Se trata de caminar en la gracia y por el caminar en la gracia que la naturaleza de la verdadera fe y de la teología experimental pueden ser definidas.
Una aproximación más antigua, pero más incisiva fue escrita por Thomas Langford, en su libro Practical Divinity. Theology in the Wesleyan Tradition (1983)[9]. Su interpretación se repite en otro libro con el título Methodist theology (1998)[10] Para este autor teología en el espíritu Wesleyano no es nunca un fin en sí mismo, sino un discurso de la transformación práctica de la vida. Hacer teología es una tradición viva que se transforma en el mismo discurso teológico. Esto empuja el discurso teológico de Wesley para delante de su tiempo. La teología como un discurso que se transforma se convierte por no pasar al largo de las condiciones de vida personal, comunitaria, institucional y social. No podemos hacer la teología de dos momentos, como un proyecto previo y a continuación aplicar-lo. Hacer teología es, en sí mismo un acto de transformación. Ya está entrelazada con la vida. Langford explicó que la experiencia no es algo preliminar al sentido teológico y que ni siquiera las Escrituras trabajan sola. La teología es una correlación esencial entre la vida y la palabra. La experiencia no es por si misma, sin correlación, una fuente autorizada para la teología. En el segundo libro mencionado, Langford resume su comprensión de la “teología práctica” de la siguiente manera: “La teología de Wesley, entonces, es práctica en la naturaleza y en la intención. Desarrollada a partir de la práctica, como reflejo de la práctica, con el objetivo de destacar la práctica. Incluye un poder formativo de la vida, y él correctamente la denomina “teología práctica”. El método de esta teología es importante. Wesley no establece la teoría y para luego aplicarla en la práctica. Antes, nace la interpretación de situaciones de la vida y, produce recurso para promover cambios y dar forma a una nueva vida. Conocer la verdad de la fe está relacionado con los conocimientos necesarios para el testimonio de la verdad, es decir, la verdad se lleva a cabo para la práctica de la verdad. Para John Wesley, por lo tanto, la teología se deriva de y se apoya en la experiencia cristiana. La práctica y la teoría son aprendidas, inseparablemente, una de la otra. Por otra parte, la “teología práctica” como Wesley la entendió, no es idéntica con la aplicabilidad, acomodación de un activismo pragmático. Es más bien, una teología que no es de una élite, pero de la iglesia en su conjunto, y da forma a la vida no por aceptación pasiva de patrones culturales dominantes, pero por un camino claramente alternativo cristiano. El significado original debe surgir, en parte, como una corrección de interpretaciones anteriores. “
La interpretación de Cushmann y Langford describen, en mi comprensión, más adecuadamente el significado de “cristianismo práctico” como encarnación en la vida. Leer los padres de la iglesia fue para Wesley un ejercicio altamente selectivo, y lo mismo se aplica a la mística y los textos puritanos seleccionados por criterios de la práctica. La teología no puede ser practicada en su propia causa. Wesley no hizo teología para los teólogos, sino para la vida. La perfección y la theosis (deificación) aparecen en el corazón de la vida cristiana y la praxis de la salvación, como un requisito de la transformación. La gracia es metamorfosis de la creación y de la vida.
IV. El cristianismo práctico y la espiritualidad burguesa
La vida social y económica se ha mundializada en el siglo pasado de modo acelerado y se ha transformado en un nuevo complejo orgánico, un “nuevo Leviatán” (que llamamos aquí “la máquina global”) con un centro y quatro pilares de apoyo: 1) el sistema financiero internacional, es el centro; 2) el mercado mundial, 3) la ciencia y la tecnología 4) la producción de alto valor añadido 5) producción de armas y el control social, son las patas.
En este mundo globalizado, la privatización de la religión (como hemos visto, se inició en el siglo XVIII), llega a sus niveles más extremos. La privatización de la experiencia religiosa por la máquina en general es tal vez uno de los principales desafíos que enfrenta el cristianismo contemporáneo. Los riesgos del cristianismo privatizado abre espacio para un nuevo tipo de institución dedicada exclusivamente (o casi) a administrar las experiencias religiosas. Los aspectos de la vida pública que fueron privatizados (y otros aspectos de la vida privada que se convirtieran en pública) obedecen a leyes del mercado. Dado que la religión se convirtió en un asunto privado algunas de las instituciones se especializaran en la oferta de nuevos paradigmas de la experiencia y gestiona un producto como empresa de carácter gerencial y no vocacional. Las instituciones religiosas se ven amenazadas por el modelo de las empresas privadas dedicadas a la administración de la experiencia con Dios. La maquina global incorpora la dimensión religiosa como un producto o como comodities. La religion entra en competencia directa con productos similares en el mercado. Tenemos ahora un conflicto directo entre el evangelio de Cristo y el evangelio de la maquina global. Podemos imaginar el cuadrilátero de la máquina global, como lo describimos arriba, y oponerlo al cuadrilátero de Wesley. La vida vivida es la arena de esta lucha por la vida. Podemos ilustrar esa oposición oponiendo los dos cuadriláteros que sustentan cada uno su mensaje:
La lucha se da en el suelo o en la vida concreta, el Lebenswelt. El diseño de Wesley de “un cristianismo práctico” y “experimental”, en su enfoque social y público, es contrario a la privatización por el mercado de las esferas de la vida como la religión. Según Wesley, la experiencia del camino bíblico de salvación sólo es posible si nos imaginamos una nueva vida como parte de una religión social, con sus consecuencias públicas (sociales y proféticas) y las nuevas relaciones de comunidad. La salvación es personal y social. Las relaciones personales son importantes para una conciencia y dimensión pública de la fe y de la misión de la iglesia. Lo social no se comprende bien sin lo personal.
El camino de la gracia compite con los caminos de la máquina. Esta máquina es un inventor de sueños, de deseos y de esperanza vacía, anfitrión de lujo, todo bendecido por el dios del mercado. La subjetividad burguesa está dentro de la máquina con los mundos que produce. “Privado” se ha convertido en un concepto central de la subjetividad burguesa. La posible confusión de la máquina con la vida real es fatal para la teología, ya que nos arranca por las raíces del suelo vivido y práctico.
La perspectiva teológica de Wesley tiene suficientes recursos y un horizonte para que la experiencia cristiana sea resistentes a los evangelios de la máquina? En nuestro mundo vivido Wesleyano y Bíblico encontramos recursos para una renovación? El poder de la experiencia religiosa de la máquina nos acomoda al mercado mundial de valores? La experiencia religiosa hoy en día tiende a ser reducida a consumo individual, y se promueve como un bien de consumo sistemático y vicioso de dependencia. La experiencia ya no es vista como un proceso que tiene raíces comunitarias, sociales e históricas.
Wesley tiene como forma de discurso teológico el discurso narrativo-práctico que se articula con la memoria de liberación de un pueblo, una comunidad de personas. Narran experiencias subversivas y de resistencia a todos los otros evangelios mundanos. El camino no es una salvación abstracta, sino una práctica real encarnada en el sufrimiento de las personas al margen de la sociedad. Este camino comienza en el Jesús real per no puede terminar en los sueños de la máquina virtual.
El procedimiento narrativo-teológico está más cerca de la práctica de la incorporación de las personas que viven en el suelo vivido. Así es la teología wesleyana. Las ideas de Dios, Cristo y el Espíritu, y de la gracia no son conceptos puramente mentales, las ideas son fermentadas con el vivir de la vida. La experiencia y la praxis son fundamentales para lo que se llama la verdadera fe del “real cristianismo” (Wilberforce)[11].
Conclusión
La teología wesleyana tiene horizontes más abiertos que la estructuración y sistematización tiende a ofrecer. Aún que sea necesaria una sistematización no podemos hacerla rígida a punto de no podérsela actualizarla.
En el trabajo hermenéutico que nos propusimos a hacer no salimos del horizonte wesleyano cuando constatamos la necesidad de ampliar su comprensión de experiencia. La apertura que el mismo Wesley trabaja nos permite ver en la experiencia su especificidad de se encarnar en suelo de la vida. Lo que más Wesley reclama como típico de los metodistas es exactamente la experiencia, el cristianismo práctico, la santificación, todo lo que nos remite a la vida. Por eso nos sentimos en casa para ampliar su concepto de experiencia como comprendiendo la vida vivida como un todo.
La ampliación del concepto de experiencia y de cristianismo práctico trae como consecuencia inmediata la necesidad de ampliar, sin salir de su horizonte, el concepto de gracia. La ampliación del concepto de gracia en el espíritu wesleyano debe ampliarse empezando por la gracia preveniente y la gracia creadora en sus aspectos más sociales, incorporando la dimensión de lo social en los procesos de salvación. Ese es el sentido más profundo de las preocupaciones sociales de Wesley con la educación y con la salud, y la dignidad de la persona como imagen de Dios, social y política del hombre. Son preocupaciones soteriológicas y no un complemento de servicio social a la misión. La gracia de Dios, y no apenas la gracia preveniente, la gracia salvadora de Dios como un todo tiene la dimensión de la vida, en la medida en que no podemos salvarnos sin la creación y sin los otros. Es cierto que lo social de Wesley no significa lo que entendemos por social hoy. Pero, en su `religión social`, su `santidad social`, vemos la disposición de una ineluctable encarnación social.[12] La gracia tiene dimensiones que no podemos medir con los títulos que la califican. La gracia está dirigida a un nuevo Adán, a una nueva humanidad, a un nuevo pueblo, a una nueva ciudad, a una nueva creación. Esa ampliación de la gracia, cuyo germen la encontramos en el mismo Wesley, hace que sea posible una revelación natural y que nuestro sentido espiritual sea capaz de buscar Dios aún cuando el hombre no tiene la revelación bíblica. La primera revelación es la creación y la vida. Como dijo Agustín, ese fue el primer libro que Dios escribió. Eso nos abre un espíritu de tolerancia y de diálogo con los que viven otras dimensiones religiosas.
La ampliación de los conceptos de experiencia, de cristianismo práctico y de gracia de Dios, implica igualmente la ampliación de la idea wesleyana de santidad social y una comprensión mejor de lo que afirmó Wesley cuando dijo “Basta la santidad social”.
Por último, debemos agregar que las formas conocidas de la gracia de Dios en su revelación bíblica e histórica, no significa limitar la insondable riquezas de la gracia divina. Por eso podemos imaginar que la gracia de Dios tiene todavía recursos que solo El conoce plenamente.
[1] Compare-se, por ejemplo, el cuadrilátero tradicional que tiene en los ángulos la tradición, la Biblia, la razón y la experiencia , con el cuadrilátero desarrollado en Brasil con la Biblia en el centro, agregándose como otra fuente la creación, y siguiéndose los otros puntos: la tradición, la razón, y la experiencia.
[2] Wesley fue influenciado, sin duda, por los místicos como los informes en sus registros diarios, y en el principio por la mística contemplativa, y más tarde por Mística moderna. Los volúmenes de literatura condensada que el incluye en la Biblioteca Cristiana dan testimonio de esa influencia. Pero Wesley no puede ser considerado un místico.
[3] The Minutes of the Conference of 1770. Jackson Edition.
[4] Acerca de Lebenswel (mundo vivido)t: Husserl desarrolló este concepto en su último trabajo (el período de Krisis) y de los manuscritos después de 1920. Lebenswelt se utiliza en la ciencia (no sólo en las humanidades). Esta idea nos permite construir sobre un terreno común y universal para comprender nuestra experiencia y la constitución de nuestros mundos y personas concretas. Vivimos en un mundo que significa para nosotros y lo expresamos en diferentes niveles. Interpretamos nuestra experiencia existencial a través del mundo. A través de nuestra acción y la reflexión atribuyendo significados al mundo. Lebenswelt y la hermenéutica son intrínsecamente correlacionados con el mundo y este es la referencia final Lebenswelt es nuestro horizonte de sentido, a priori, como una necesidad histórica y en la práctica funciona como una pre-comprensión que hace posible nuestro discurso. Es para nosotros la tierra que une a todos en la experiencia humana y sus modos de expresión. Incluye las condiciones vitales de la vida cotidiana, así como las empresas, la vida social y intersubjetiva, y todos los productos de creación humana como la ciencia y la teología. Vivir en un mundo que es nuestro ambiente cultural y nuestra experiencia original de “encarnación” nos pone en contacto con todos los otros y otros mundos. Nuestro mundo es un mundo adonde hay lugar para todos los otros mundos que podamos imaginar. Para un enfoque muy interesante Lebenswelt en relación con el método teológico ver Haerle, Gottfried, Dogmatik, Walter de Gruyter, Berlin, 1995 (719p), Capítulo 6: De “Die gegenwaertige Lebenswelt als Kontext des Christilichen Glaubens,” pp. 168-192. Es un concepto más amplio para comprender el horizonte de la vida de la cultura, del idioma, de la historia, de la tradición, temporalidad y espacialidad como condiciones de existencia, del organismo intencional (Leib), así como nuestra vida cotidiana: la fe es la fe encarnada y debe entenderse como plenamente incorporadas en todos sus aspectos, así como Jesucristo es plenamente incorporados en su mundo vital.
[5] Por ejemplo, es un error interpretar Wesley teólogo popular me refiero a que no cumple con los requisitos académicos o de una teología sistemática sentimental.
[6] Baker, F., in Wesleyan Theological Journal, v. 22, n. 1, 1987.
[7] Maddox, R., in Wesleyan Theological Journal, v. 23, n. 1-2, Spring-Fall, 1988
[8] Cushman, Robert, John Wesley’s Experimental Divinity, Kingwoods Books, Nashville, Tennessee, 1989.
[9] Langford, Thomas – Practical Divinity. Theology in the Wesleyan Tradition, Abingdon Press, Nashville, Tennessee, 1983.
[10] Langford, Thomas – Methodist Theology, Epworth Press, Peterborough, 1988.
[11] Cf. la obra de William Wiberforce, A Practical View of the Prevailing Religious System of Professed Christians, in the Higher and Middle Classes in this Country Contrasted with Real Christianity, Hendrikson publishers, Peabody Ms, 2006. 1a. ed. 1797. Wilberforce fue líder del movimiento para la abolición de la esclavitud en Inglaterra, y fue influenciado por Wesley en momentos decisivos. El contexto de la iglesia primitiva fue un mundo de opresión por “poderes y principados”, y las comunidades de cristianos aun que pequeñas y insignificantes no se acomodaran a estos poderes, por la fe y el poder de Cristo. La Biblia y las fuentes extra bíblicas son abundantes. Ver Schlier, Heinrich, Principalities and Powers in the New Testament, Herder, 1960.
[12] Cf. Josgrilberg, Rui, “Qual o sentido de `social` na `religião social`de Wesley?” , em Sal da terra e luz do mundo, Editeo, São Bernardo do Campo, 2009.